La tarde se dejaba morir sobre el horizonte,
cuando pasaste por mi barrio.
Hermosa y radiante como siempre.
Tu pelo rubio; tu mágica sonrisa
hacen de ti...
Una princesa.
Un sueño de mujer.
Quizás algún día
Pueda describirte en un poema
con simples palabras
lo mucho que me gustas
Decirte por ejemplo...
que tu nombre; que tu nombre...
como un río embravecido
suena muy fuerte
dentro de mi alma.
Si en algún momento por el camino
encuentras uno de mis besos.
Tómalo, te pertenece.
Lo dejo pensandote.
Nestor O Salgado
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