Estamos acostumbrados a usar y tirar lamparitas, envases de plástico y de aluminio, frascos, revistas, diarios, miles de cosas. Muy pocos son conscientes de lo que se hace para conseguir los materiales para hacer esos objetos y de lo que pasa después de tirarlos. Las lamparitas tienen cobre y tungsteno, para tener unos gramos se destruyen toneladas de rocas de montañas, se usan miles de litros de agua que queda envenenada. Para fundir el vidrio se quema combustible ensuciando y calentando el aire. Pero hace más de cien años se hizo “una lamparita que duró encendida más de cien años y con filamento de carbón” (verlo en google!), una de las sustancias que hay en más cantidad y de las más baratas. Para no arruinar al mundo todas las lamparitas deberían hacerse de ese tipo, y así con todo. El plástico está invadiendo el mundo, en el mar ya hay más plástico que peces, y hay toneladas de microplásticos, hasta en cerebros humanos y en la Antártida. En vez de plástico papel y cartón encerados y celofán, hojas de palmera trenzadas y de banano, segmentos de bambú hueco, cáscaras de zapallo secas (mates), bolsos de hilo vegetal. Los que hacen y venden plástico tienen que dedicarse a estos materiales.
Puedo dar más información en entrevistas.
Ricardo Barbetti
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